John Maynard Keynes: el economista más influyente del siglo XX

El estado es el DJ

Seguimos nuestro periplo por la historia, conociendo en Tipos y Tipas de Interés a las mujeres y a los hombres que modelaron la economía y las hipotecas tal como las conocemos hoy en día. Hoy es pues un buen día para a conocer a quien probablemente haya sido el economista más influyente del siglo XX, y una de esas personas que consiguen que exista una teoría economómica con su apellido. Con todos ustedes: John Maynard Keynes.

John Maynard Keynes nació el 5 de junio de 1883 en Cambridge, en una familia súper culta y bastante acomodada. Su papá era profesor de economía y filosofía, y su mamá fue una de las primeras mujeres en estudiar en universidades británicas y hasta llegó a ser alcaldesa de Cambridge en 1932. Keynes tenía una hermana que se casó con un premio Nobel en fisiología y un hermano menor que era cirujano y amante de los libros. ¿Os imagináis las cenas de Navidad? ¡Un derroche de teorías y sabiduría!

Desde chaval, Keynes era un cerebrito. En 1897, consiguió una beca para estudiar en Eton, una universidad tipo Howgarts de Harry Potter, y luego se fue a la Universidad de Cambridge, la meca de la sabiduría ingles, en 1902, donde estudió matemáticas y economía. Curiosamente, las peores notas las sacaba en economía. Mientras estaba en Cambridge, se unió a grupos intelectuales como los Apóstoles y el Círculo de Bloomsbury, donde se rodeó de artistas y escritores como Virginia Woolf. Incluso tuvo una relación con el pintor Duncan Grant. En 1918, conoció a Lidia Lopujova, una bailarina rusa, y se casaron después de un viaje por Taiwán.

Realmente, su carrera despegó en 1906 cuando se convirtió en funcionario público, pero pronto se aburrió y volvió a Cambridge a enseñar. En 1911, se convirtió en editor del Economics Journal y en 1916, empezó a trabajar como consejero del Ministerio de Hacienda británico. Fue parte de la delegación británica en la Conferencia de Paz de París después de la Primera Guerra Mundial, pero renunció porque no estaba de acuerdo con las duras condiciones impuestas a Alemania.

Un joven John dispuesto a cambiar el mundo

Después de la guerra, Keynes siguió súper activo: dividía su tiempo entre Cambridge y Londres, donde era parte de varios consejos de administración, dirigía publicaciones y asesoraba al primer ministro británico. Debería estar bastante ocupado nuestro amigo John. Además, fue un inversor exitoso y logró acumular una gran fortuna, aunque casi quedó en bancarrota durante el Crack del 29, pero se recuperó rápidamente.

Su obra más influyente, «Teoría general del empleo, el interés y el dinero», publicada en 1936, marcó un punto de inflexión en la economía moderna al introducir la idea de que los mercados pueden no autorregularse automáticamente hacia el pleno empleo y que los gobiernos deben intervenir en tiempos de crisis, desafiando así las doctrinas económicas predominantes de su tiempo.

La teoría keynesiana: el plan para animar la fiesta

Como en todos nuestros personajes, siempre hay algún punto álgido y en el caso de Keynes fue la publicación de su libro. El mismo año que estallaba la guerra civil en España, John publicó su obra magna que llamo de forma muy pragmática y sin rodeos como Teoría general del empleo, el interés y el dinero. ¿Y qué nos dice este libro? La teoría se basa en el fundamento de que el estado tiene que intervenir en la economía haciendo aumentar la demanda agregada (gasto de hogares, consumidores y estado juntos) cuando las cosas se ponen feas. Vamos a intentar explicarte una teoría tan compleja de forma sencilla.

Imagina que la economía es como una gran fiesta (a veces lo parece). En una fiesta ideal, todo el mundo está contento, bailando, disfrutando, bebiendo y, quizás, ligando. Pero a veces, la fiesta se pone aburrida: la música no convence, faltan temazos, la gente se sienta o se va y nadie sabe qué hacer para animarla de nuevo. Keynes en su libro vino a decir que la economía puede ser como esa fiesta que se tuerce y que, a veces, necesita un empujón para volver a ser divertida.

En su libro, Keynes nos explicó que la economía no siempre se arregla sola. Las personas y las empresas no siempre gastan suficiente dinero para mantener a todos trabajando. Si nadie compra cosas, las empresas no ganan dinero y despiden a los trabajadores, lo que hace que aún menos personas tengan dinero para gastar. Esto, como imaginas, es un ciclo vicioso bastante chungo. Pero John tenía un plan para animar la fiesta: cuando la economía se pone en este plan, el gobierno debe intervenir y empezar a gastar dinero. Esto puede ser en cosas útiles para todos, como construir carreteras, puentes, hospitales o escuelas. Al gastar este dinero, el gobierno crea trabajos para las personas. Estas personas, ahora con dinero en sus bolsillos, empiezan a comprar cosas, lo que hace que las empresas ganen dinero y contraten a más trabajadores. Es como encender la música y repartir cubatas en la fiesta para que todos vuelvan a animarse.

Keynes dándolo todo por la economía

Según Keynes, el gobierno es como el DJ u organizador de la fiesta. Si la fiesta se apaga, el DJ debe poner una buena canción para que todos vuelvan a gozarlo. En términos económicos, esto significa que el gobierno debe gastar dinero para estimular la economía cuando las cosas van mal. ¿Y pensarás, de dónde saca la pasta el gobierno? Buena pregunta. Pues hay varias maneras: emitiendo bonos, subiendo impuestos, reasignando presupuestos y partidas o en el peor de los casos, creando dinero de la nada con una máquina pero eso podría llevar a la inflación y es un tema que ya trataremos otro día 🙂

La teoría keynesiana ha perdurado hasta nuestros días y en resumen, como hemos visto, sostiene que el gobierno debe intervenir activamente en la economía. Esta teoría es justo lo contrario de lo que proponía otro famoso Tipo de Interés: Adam Smith que recordemos abogaba por la mínima intervención del gobierno, creyendo que los mercados libres se autorregulan eficientemente y tienden hacia el equilibrio y el pleno empleo por sí mismos. ¿Quién tiene razón? Pues seguramente ninguno de los dos y ambos a la vez 🙂

Pero…¿qué relación tiene Keynes con las hipotecas?

Como siempre, felicidades por llegar hasta aquí. Keynes no se enfocó específicamente en el mercado de hipotecas, pero no te decepciones, ya que su enfoque si que tiene un impacto directo. Sigamos con la fiesta y como las teorías de Keynes influyen en esta party:

Keynes con estilo

1. Estímulo a la Economía: como ya hemos dicho, la economía puede ser una fiesta que está en declive. Keynes decía que el gobierno debería ser el DJ que pone música buena (gasta en infraestructura y servicios) para animar a todos. Con una fiesta animada, más gente tiene ganas de comprar casas y, por lo tanto, pedir hipotecas. ¡Más baile, más compras y todos contentos!

2. Las tasas de Interés: Según Keynes, las tasas de interés son como el precio de entrada a la fiesta. Si la entrada es barata (tasas de interés bajas), más gente querrá entrar (pedir préstamos hipotecarios). Los bancos centrales, siguiendo a Keynes, ajustan estas tasas para mantener la fiesta on fire (aunque en la práctica no es siempre así)

3. Políticas de vivienda: Keynes también creía que el gobierno debería ayudar a decorar la fiesta. Esto significa crear políticas que hagan más fácil y barato comprar una casa. Subsidios y programas de vivienda son como poner buenos sistemas de sonido para que la fiesta (economía) sea más atractiva para todos.

4. Confianza del consumidor: Si el DJ hace un buen trabajo y la fiesta está animada, todos se sienten bien y con ganas de gastar. Cuando la gente tiene trabajos seguros y la economía va bien, se sienten más seguros para pedir hipotecas, como si todos en la fiesta estuvieran disfrutando y comprando más bebidas porque saben que la diversión seguirá.

5. Regulación Financiera: Finalmente, Keynes pensaba que debería haber algunos seguratas en la fiesta (regulación financiera) para asegurarse de que nadie la lie y cause problemas. Esto significa hacer que los préstamos hipotecarios sean otorgados de manera responsable, asegurando que tanto los prestatarios como los prestamistas se mantengan felices y seguros.

Como ves, Keynes fue uno de los impulsores de las medidas de control que actualmente tenemos para que esto no sea (aún más) la ley de la selva. John nos dejó de un infarto en 1947, pero su legado económico perdurará para siempre.

Una frase de John Maynard Keynes

La dificultad no radica tanto en desarrollar nuevas ideas sino en escapar de las viejas.”

Curiosidades sobre John Maynard Keynes

· Su madre fue una de las primeras mujeres en ir a la universidad en UK y fue la primera alcaldesa de Cambridge.

· Bertrand Russell dijo de Keynes: «Es la mente más aguda y más clara que jamás conocí. Cuando discutía con él, sentía que mi vida pendía de un hilo y raramente terminaba sintiéndome algo muy diferente a un estúpido»

· Entre 1901 y 1918 se acostó con más de 200 hombres, cuya descripción apunto meticulosamente, hasta que se casó con una bailarina rusa, Lydia Lopokova.

· Nació el mismo día que Adam Smith, pero 160 años después.·

· Keynes era completamente agnóstico aunque creía que los preceptos de la religión son teóricamente buenos para la sociedad.

· Keynes tenía una gran colección de documentos originales de Isaac Newton.

· Durante el crack del 29 estuvo al borde de la bancarrota, pero se recuperó.

· Keynes pronosticó que en el futuro (¿ahora?) las automatizaciones serían tan grandes que las personas solo tendrían que trabajar 3 horas al día.

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